Pues yo sí, y muy bien. ¿Qué pasó con esa amiga a la que le contaba todo?¿Cuándo dejó de ser todo diferente?¿Cuándo nos distanciamos tanto, que ya ni si quiera sonríes al verme? Todas esas tardes que pasé hablando contigo, riendo, llorando. ¿Donde estás?
¿Cuándo llegó todo a tal punto que dejé de ser yo y los demás, a ser yo y yomisma? Y de ahí viene el título de este post: ya no me apetece hacer nada que no tenga que ver conmigo y mi soledad. Sí, tengo unas fantásticas y geniales gente-conocida-con-la-que-no-encajo, con las que de verdad me gustaría malgastar mi tiempo mientras hablan entre ellos y yo estoy sumida en mis pensamientos.
Pero eso es lo que menos me importa.
La vida no es justa, señores, no, no lo es. 'Life's so bitch' me dicen, y créeme cuando te digo que eso yo ya lo sé.
La vida nos pone a prueba, nos obliga a tomar decisiones de las que luego nos arrepentiremos. La vida se ríe de nosotros, y no podemos hacer nada para impedirlo. Pero qué más da. Son cosas de las que se debe aprender, y a las que se debe mirar positivamente. Quizá es todo obra del destino, y quizá no. Quizá algo, alguien o lo que sea - la verdad ni me importa que "fuerza sobrenatural" sea - nos está enviando una señal. Y lo único que se decide en esos momentos es seguir a tu corazón, y sinceramente, eso es una mierda. O eso me dijeron.
