No lo entiendo.
Todo se ha acabado en cuestión de días, algo que había durado tres años, o quizá ocho. Con nuestros altibajos y nuestros momentos de rebosante amor.
Y no es una, sino son dos.
Dos que ahora son etéreas. Las fui alejando casi sin darme cuenta, solo por intentar protegernos, protegerlas, protegerte.
Ya lo dije,
es tarde para darse cuenta.
Todo se ha acabado en cuestión de días, algo que había durado tres años, o quizá ocho. Con nuestros altibajos y nuestros momentos de rebosante amor.
Y no es una, sino son dos.
Dos que ahora son etéreas. Las fui alejando casi sin darme cuenta, solo por intentar protegernos, protegerlas, protegerte.
Ya lo dije,
es tarde para darse cuenta.
Cambiar, o no cambiar.