Hola Lector,

Hola Lector,
quizá ya me conozcas, y quizá no. Quizá soy una chica del pasado que ya conociste, y quizá no. Puede que sea esa chica que se hacía llamar de otra manera, pero puede que no. Tal vez te sentiste identificado con las líneas que escribía, tal vez no. Quizá hice que los pelillos de tu cuerpo se erizaran al leer las palabras que escribía, y quizá no. Puede que te hiciese llorar, reír o quizá vomitar, o puede que no. También es probable que escribieses lo que pensaras sobre lo que intenté transmitir, y es probable que no. También podría ser la chica que cerró su queridísimo blog, pero a lo mejor no.

Puede que sea la primera vez que me leas, o puede que no.

domingo, 29 de mayo de 2011

Me llamo Irene, y he vuelto por segunda vez.

¿Cuándo me fui de viaje y tardé tanto en volver? ¿Es que las preguntas desaparecieron de mi vida de repente sin previo aviso? ¿Es normal que tus pensamientos desaparezcan por meses? ¿Que no recuerdes nada de lo que ha pasado durante ese periodo de tiempo? ¿Que sientas como si hubiesen pasado millones de acontecimientos y tú no te hayas enterado ni de la mitad?

Nuestra vida está llena de oportunidades que se pueden aprovechar o dejar pasar, oportunidades que quizá no vuelvan a aparecer nunca más; también está llena de gente que viene y va, de gente que importa durante un largo periodo de tiempo, que quizá luego deja de hacerlo para que lo sea otra persona; llena de errores, sentimientos y experiencias que desagradarán o no.

Los acontecimientos que ocurren en la vida son sólo más oportunidades de las que se puede aprender. Son cosas a las que bien se les puedes sacar provecho o no. ¿Por qué hemos de preocuparnos por algo que es sólo pasajero? Como la vida misma. Preocuparse por todo lo que ocurre en ella no puede ser sano, sería tener una vida demasiado milimetrada, con todo decidido, tomando demasiadas precauciones, ¿por qué no soltarse la melena y vivirlo todo al límite? Claro, es lo típico, ''vive la vida como si fuese el ultimo día, bebe, fuma, vuélvete loca, gástate todo el dinero en caprichos, no te ates a nadie...'' y un largo etcétera que me haría convertir este post en eterno. Sí, muy bien, todo eso está perfecto. Todas esas cosas harán que la adrenalina sobrepase los límites, descubrirá sentimientos desconocidos, sí, pero se irán en cuestión de cero coma, porque claro, ser espontáneo está bien, pero ¿y si eres una persona como yo y te importan tanto las consecuencias?

Yo antes no solía ser así, todo me resbalaba, nada me importaba, solo existía yo, el mundo giraba a mí al rededor, y era yo sola la que lo sabía y pensaba, aunque... más bien me importaba solo Dani. Esa chica que dejé atrás hace meses, que aunque no fuese muy notable en otras personas que han desaparecido de mi vida -sin previo aviso como siempre-, era muy diferente a la chica en la que soy ahora. Dani era demasiado despreocupada, si los pantalones pitillos se llevaban en esa temporada o no le daba igual, la que no soportaría unos tacones en su vida, y la que se pondría vestidos solamente en ocasiones especiales y otro largo etcétera, que sigue ese mismo patrón. Pero de todos modos, el intento de ''chica rebelde'' -con muchas, muchas, muchas comillas- nunca fue lo suficiente... creíble. Sólo por la cuestión de que ella se preocupaba por su aspecto, odiaba su piel, su cuerpo, las cicatrices de su cuerpo y sin embargo no hacía nada para remediarlo. Nunca fue feliz con su forma de vestir, ni de caminar, ni su postura, ni la forma en que vocalizaba y hablaba. Esa chica fue mi refugio ante una realidad que no me gustaba, una realidad a la que no conseguía adaptarme.

Yo no quiero ser una alocada en la vida, no quiero vivir al límite, ni hacer cosas de las que luego me pueda arrepentir, me apetece tener una vida normal, viajar, organizarme, apuntarme en millones de cosas, tener tiempo para mí y los demás. Me apetece volver a mi vida normal, donde el primer plano en mi vida se encontraba la gente que me importaba y yo al mismo nivel. Pero, ¿qué más da si pienso primero en mí misma y luego en los demás? Incluso es algo que me ha aportado mejores resultados que las otras formas de pensar que he tenido a lo largo de tres malditos años.

¿Y qué más da si me gusta la moda, si me gusta hablar de ropa, de tendencias, si me gustan las series de dibujos animados o me gustan las series chorras, si esas series son las que más me hacen reflexionar y me hacen escribir aquí, qué más da si me quedo un puente de vacaciones en casa, si engordo o no, si quiero dedicar horas de mi vida a hacer ejercicio para estar en buena forma y no porque esté obsesionada con mi cuerpo? ¿Qué importa si salgo hecha un desastre o si voy a salir cinco horas y llevo tacones, si me maquillo o voy con un look 'recién levantada' al supermercado, o si soy demasiado superficial o sólo lo importante? Claro que estas últimas enumeraciones no son las cosas que más me preocupan en mi vida, a mi no, pero al resto de la gente parece ser que sí, siempre pendiente del aspecto de la gente, prejuzgando y demás, sí, reconozco que puede ser divertido, ¿pero qué otro provecho se le puede sacar?

La vida no está para estar siempre con preocupaciones, no está para esperar eternamente algo de ella sin hacer nada, ni está para desaprovecharla y pasar la vida amargada, lamentándose de que nada sale como uno quiere, sin pensar en el lado positivo o en las ventajas que podrían aportar esos hechos.

No quiero que nadie lea esto y piense nada acerca de mí. No escribo esto sólo por el hecho de estar casi tres meses sin escribir nada de provecho. Escribo porque he vuelto, he vuelto de unos tres increíbles meses sabáticos en los que las preguntas han desaparecido, y básicamente porque no he tenido nada en lo que pensar. ¿Por qué tener temores hacia las dudas? Quién sabe que nos podrá aportar.

Gracias Carrie Bradshaw

5 comentarios:

  1. Muchas gracias por volver, Irene. No te vayas de viaje de nuevo sin dejarme una notita antes, por favor :)

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  2. Si, tienes toda la razón cuando dices que a veces es mejor pensar antes en uno mismo que en los demás.Es lo mejor. Pero como tu dices,Irene, es alguien muy diferente a Dani, es más, no es que sea diferente es que ni siquiera son la misma persona, y me alegro de que ahora te sientas tan bien contigo misma y que seas feliz porque te quiero, aunque ya no lo creas, pero no se, no sabes cuanto extraño a Dani, extraño todo de ella, TODO, extraño las tardes en casa tocando la guitarra y haciendo frapuccinos, extraño abrazarla fuerte y pensar que no se podía estar mejor, extraño a esa chica con la que el tiempo pasaba volando, repito, la extraño a ella.
    Pero en fin, no se puede tener todo de la vida <3

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  3. Ah me acuerdo de Dani y al recordar esbozo una sonrisilla jeje
    Vuelves? me alegro. Da igual si vuelves como Irene o como Dani, pero la cuestión es volver a leer aquellas entradas que rebozaban de miles de sensaciones.

    un besazo!=)

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  4. Mi Dani no era tan patética como la pintas ahí, créeme, era mucho más que una chica a pitillos llena de dudas.

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  5. Pues, Hola, yo también me llamo Irene, y a partir de ahora te sigo, vale? :) Me ha encantado tu blog, por lo que espero que no vuelvas a dejarlo abandonado, ok? :)

    Un besito, guapa!

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